ANDREA MARAMARA FT. RAMSÉS HATEM – LAS CHICAS DE VERDAD NOS GUSTA EL POLLO FRITO [COMENTARIO DE TEXTO]

 

Por MGL
La obra que hoy nos disponemos a analizar no puede ni debe ser encuadrada dentro del magistral género poético del Reggaeton, pues no se ajusta a los estándares técnicos o artísticos de este mundialmente conocido fenómeno cultural que ha revolucinado los círculos académicos en los últimos años.
Sin embargo, la calidad literaria de esta pieza es tal que creemos que merece ser analizada junto al resto de obras maestras del Siglo Fecal Español.
Estamos hablando, como no, de «Las chicas de verdad nos gusta el pollo frito», obra compuesta y recitada por los venezolanos Andrea Maramara y Ramses Hatem (sí, estimados lectores, en mi mente también surge la duda de por qué el régimen de Nicolás Maduro no versionó esta canción en lugar de Despacito, pues además de tener una calidad muy superior es producto nacional). Ambos artistas, pertenecientes a la GMR (Generation of Mental Retardation) nos entregan una pieza clave para comprender la evolución cultural actual de nuestro tiempo.
ANDREA MARAMARA
«Las chicas de verdad nos gusta el pollo frito,
a las chicas de nos gusta el pollo frito,
a las chicas de verdad nos gusta el pollo frito,
pollo, pollo, polla.»
La obra empieza fuerte, señoras y señores, con múltiples anáforas y un marcado paralelismo, aunque esta tendencia a repetir se rompe cuando, después de aparecer varias veces la palabra «pollo» surge repentina y sorprendentemente por ahí una polla.
Al ojo no experto, que sólo araña la superficie de la obra, podría parecer que con polla los autores se refieren de manera vulgar al miembro viril masculino. Pero no, hay mucho más. Todo el poema es, sorprendentemente, un grito reivindicativo por las pollas, antigua especie femenina del pollo que se extinguió cuando, en la Antigua Grecia, un rey espartano desató todas sus ansias sexuales con las pollas, las hembras del pollo, en lugar de con mujeres humanas. Este acto fue seguido por la gran mayoría de los espartanos y, al tiempo, las pollas se extinguieron de tanto pollazo. Estas pasaron al olvido y poco a poco la palabra polla comenzó a designar al mismo miembro que había extinguido a toda esta raza, algo que continúa en la actualidad (aunque también se emplea la palabra polla para designar a las gallinas jóvenes). En definitiva, se trata de uno de los grandes actos machistas de la historia, y los comprometidos autores hacen eco de ello en la obra.
«Las chicas de verdad nos gusta el pollo frito,
a las chicas de verdad nos gusta el pollo frito,
a las chicas de verdad nos gusta el pollo frito, pollo, pollo, polla. 
Si tú quieres complacer a una dama, debes darle de tu pollo, polla.»
Pero volviendo al exhaustivo análisis y dejando de un lado el contexto histórico  (que por otra parte da para un comentario completo) las dos estrofas anteriores a este párrafo se repetirán varias veces antes de pasar a algo nuevo. En ellas, la deslumbrante poetisa insta al amado a complacerla dejando a un lado las actitudes machistas y volviéndose más comprometido con la igualdad de género. Todo esto es capaz de transmitirlo solo diciendo que no quiere pollo, sino polla. Es ciertamente admirable ver como la magistral Andrea es capaz de decir tanto con tan pocas palabras, como si del celebérrimo Francisco de Quevedo se tratase. Bravo, Andreita.
«Si quieres seducirme no me compres flores,
mejor dame de tu pollo, polla.
Si tú quieres que sea tuya por todo el tiempo,
cómprame patas de pollo, polla. 
Porque las chicas, chicas de verdad,
buscamos un hombre que nos dé pollo.
Porque las chicas, chicas de verdad,
buscamos un hombre que nos dé pollo»
Tras repetir, como ya hemos dicho, en varias ocasiones esas primeras estrofas la artista dice al pretendiente que no quiere flores, que quiere polla, pero también pollo. Esta parte es mucho más importante de lo que parece a simple vista, pues nos muestra la gran preocupación de la artista por la igualdad de ambos géneros, pues tampoco deja a un lado a los pollos.
El tema de las patas de pollo escapa a nuestra comprensión, pues el intelecto que redactó dicho verso supera con creces cualquier otro. Quizás la gran Leticia Sabater, cuyas obras están al mismo nivel intelectual que esta, pudiese descifrarlo.
RAMSÉS HATEM
«Hey mami, con que te gusta el pollo eh?
Esto va pa’ ti.
Te gusta el pollo de Londres, París, México, Bogotá, Miami,
Lima, Caracas, Charaya, Cocoyo, Tango, Guacaramo, Cochies,
Jalapano, Juliaca, Chiclallo, Pichinche
y también de Manabí, también de Manabí.
Uno, dos, tres, picuarto un arcoseno largo tangente,
tres coma catorce, dieciséis,
quince, cuarto, trenta y seis,
venga.»
Llega aquí uno de los momentos más emocionantes de toda la obra. Por fin el amado hace acto de presencia. Y lo hace de manera magistralmente perfecta, mostrando un más que amplio dominio de la geografía política. Mediante el nombramiento de multitud de ciudades y lugares de todo el mundo extraemos que el autor está considerablemente preocupado por las pollas de dichas zonas. Pero no le es suficiente, sino que también tiene que mostrar su maestría en el campo de las matemáticas, soltando repentinamente una serie de conceptos matemáticos y geométricos que, si bien es cierto que a priori podrían hacer que pareciese que el autor no tiene ni zorra idea de sumar dos más dos y que da más vergüenza ajena que abrir el baile de tu boda con Mr. Policeman, la realidad es que dichos números y conceptos siguen un orden demasiado complejo para mentes mediocres como las nuestras. De nuevo, deberíamos recurrir a la gran Sabater para tratar de descifrar la estrofa.
Concluimos aquí el análisis de hoy, pues tras estas estrofas no viene más que una repetición de las primeras. En definitiva, estamos ante una de las obras más comprometidas con los problemas de desigualdad de la actualidad, para la que el Nobel de la Paz se queda corto. El hecho de que al ojo inexperto parezca una p*** m***** de «canción» capaz de producir diarrea y cuya letra contiene la palabra pollo frito mas del 90% de las veces, además de presentar un alto riesgo de provocar daños severos en el tímpano, únicamente hace que sea aún más M A G I S T R A L.

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