DON OMAR – VIRTUAL DIVA [COMENTARIO DE TEXTO]

Por ECR

William Omar Landrón Rivera, conocido por todos, como ya sabemos, como Don Omar, nos vuelve a sorprender con su obra «Virtual Diva», en la que, como en todas sus obras anteriores y posteriores, nos regala pedacitos de arte y maestría para nuestros oídos inexpertos.

Publicado en el 2009 como parte del poemario «iDon», de corte futurista, nos presenta una obra que alaba los avances de la técnica de la primera década del siglo XXI, como el teléfono inteligente «iPhone» del que claramente se inspira para bautizar su conocido poemario.

Esta obra debería encuadrarse en la generación del 2004 pero, como veremos más adelante, el artista prefiere encuadrar su producción literaria en otra categoría.

«Ella es ese sueño
que tuve despierto.
Un recuerdo leve,
de esto que siento.
Una sacudida
a mis salidas.
La cima de un beso en un brinco suicida.
Su fuente de energía
cautiva mis sensores,
pues no hay quien la controle
Cuando baila encendía’.»

Los primeros versos ya son un deleite, una buena muestra de la calidad de este poema.

Nada más empezar ya nos presenta una antítesis: «Ella es ese sueño/ que tuve despierto». En apenas dos versos resume el contenido del poema a la perfección. Don se encuentra enamorado de una dama perfecta, tanto que le parece producto de una fantasía de su imaginación. Su recuerdo no es más que una nimia parte de lo que él siente por ella, un amor de magnitudes dignas de un Romeo de Shakespeare.

En medio de toda la estrofa se encuentra el verso de mayor longitud y también el más profundo y, si se me permite decirlo, incomprensible: «La cima de un beso en un brinco suicida». Cualquier experto en poesía no puede hacer más que meras conjeturas sobre el significado de este verso. Es sin duda una metáfora, que podría interpretarse como que el amor de ambos es imposible, ya sea por que la diferencia social entre ambos es insalvable, porque el amor de Don Omar no es correspondido, o porque la «diva virtual» es la personificación de un ordenador y Don teme sufrir una descarga eléctrica al acercarse a ella. Esta última teoría es la más aceptada.

A continuación, Don introduce los elementos futuristas que caracterizan a la obra. Hace referencia a la fuente de energía de la amada, que podríamos identificar como su atractivo, siendo los «sensores» los ojos del poeta, dándose esta situación especialmente cuando la amada baila «encendía», un posible eufemismo de el verbo «zorrear».

«Tiene dentro esa chispa
que quema transistores.
Y bebe de un elixir
Que enciende sus motores»

Según el poeta, la amada tiene «esa chispa», cosa que identificamos, al igual que «su fuente de energía» como el atractivo de la musa, que quema los «transistores», no solo del poeta, sino de cualquier otro interesado.

Luego añade que la musa bebe de un elixir, que  al igual que la corriente eléctrica, acciona un motor, anima a la amada a mover su esqueleto, entendemos, de forma «encendía’ «. Este elixir, retratado como si de una poción mágica se tratase, es sin duda el alcohol.

«Salió a la disco a bailar
una diva virtual.
Chequea como se menea.
Uuh!
Chequea como se menea.
Uuh uuh!
Chequea como se menea.»

Estos versos, a modo de rítmico estribillo, representan, mediante onomatopeyas y paralelismos, la historia que Don nos cuenta de su musa digital. Repite los versos «Chequea cómo se menea», Don Omar, muy versado en el lenguaje de la calle, o como en este caso, del aeropuerto, nos presenta el verbo «chequear», sin duda venido del verbo «to check». Aquí Don, que no es celoso con su «diva virtual», insta al resto de la población a observar cómo baila su amada, sin duda por la perfección matemática de su perreo.

«Tiene algo de robot en su táctica.
Me agotó la batería en su técnica.
Su modelo vino con cintura plástica.
Con los movimientos de la mujer biónica.»

Magníficos versos, dignos sin duda de Garcilaso o Wisin. Por regla general, en el lenguaje coloquial dice que cuando alguien baila como un robot, lo hace de forma poco hábil, pero Don Omar, un rebelde en cuanto a convenciones sociales, quiere negar este hecho, afirmando que este baile es perfecto, y que agota sus esfuerzos, en estos versos representado como la «batería», en intentar copiar su estilo de baile, pues resulta imposible llevar a cabo semejantes movimientos con tanta exactitud.

Como todos los poetas del género del reggaetón, repite la estructura métrica AAAA, muy característica de estos artistas así como extremadamente trabajada y original.

«She’s on fire!

¡Ta’ encendida!
Con la sangre high prendía’.
Hoy no quiere ver la luz del día,
no trajo brújula esta noche anda perdía’.
Su sistema seductivo calentándose,
mientras que su frecuencia esta sintiéndose
Sus fluidos corporales deportándose.
Robótica en la pista está luciéndose.»

Don Omar vuelve a mostrarnos su dominio de la lengua anglosajona con una exclamación: She is on fire! Pero como su poesía es comprensible para todos, no deja que los que no están versados en la lengua del Támesis no entiendan la profundidad de su poesía, y a continuación traduce: ¡Ta’ encendía! Suponemos que es un símbolo que hace referencia al mismo concepto de «encendía» que mencionábamos al principio de este comentario.

La diva virtual es un animal (u ordenador) nocturno, cosa que provoca que, aún en plena era del GPS, la musa ande perdida por las discotecas de Puerto Rico. De su imaginación futurista, el poeta imagina que su diva cuenta con algún algoritmo matemático que atrae a los hombres, y lo bautiza como su «sistema seductivo» que, de toda una noche funcionando, ya se ha recalentado. Sin embargo, Don Omar nos confirma que su amada es humana, aunque perfecta, pues tiene glándulas sudoríparas, que, al igual que la justicia de un estado soberano pueden «deportar» cosas, en este caso suponemos que sudor.

Esta obra, pionera del futurismo de la generación del 2004, nos presenta a una amada idealizada, cuya perfección guarda más similitud con la de un robot que con la de una persona. Mediante símbolos y metáforas, Don Omar nos muestra su amor por esta musa, que representa un ideal de belleza de principios del siglo XXI. Esta obra aunque muy original, va de la mano de otra similar, del mismo autor y poemario, llamada «Sexy Robótica», que presenta el mismo tipo de fémina que en este poema.

No obstante, como dije al principio, esta obra, Don se jacta de su merecida superioridad con estos versos:

«Algunos años luz antes que todos ustedes.
Siempre voy a vivir ahí.
No miren pa’ mi galaxia.»

Pues bien, Don Omar no vive en el siglo XXI, sino mucho antes, lo que nos puede indicar que es retrasado. Temporalmente, claro está, pero nos deja clero que no es ningún mortal, sino todo un Dios, y nos aconseja que no intentemos imitarle, pues será en vano.

Así pues, no podemos encuadrarlo en la generación del 2004, como por su estilo y edad le correspondería, sino que debemos encuadrarlo en la generación de «algunos años luz antes que todos ustedes», generación que, sin duda, supera y superará a todas en calidad lírica y retórica.

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