6IX9INE – BEBE FT. ANUEL AA [COMENTARIO DE TEXTO] PARTE I

Por ECR

La poesía y el arte no son sino una manera de epitomizar y simplificar aquellas características tan intrincadas de la existencia para mostrarlas al mundo concisamente, en su esencia. Este es el caso de BEBE, el gran éxito de los excelsos poetas Daniel Hernández (6ix9ine) y Enmanuel Gazmey Santiago, mejor conocido como Anuel AA, como las pilas. Esta composición tendrá como objetivo exaltar los valores del amor puramente platónico y cortés mediante el doble sentido, brillantemente amaestrado por estos bardos.

6IX9INE

«Haciendo el amor, a la misma vez tú te toca’ (te toca’)
Bebé, no te pasa nada, vuélvete loca (lo-loca-loca)
Y tu novio te trata mal, él no te controla (no, no, no, no)»


Si bien estos versos podrían ser tachados de explícitos y misóginos, como bien se indica en la introducción, los poetas no pretenden ir más allá del amor puramente platónico. Así, con la expresión «hacer el amor», no se hace referencia a las relaciones sexuales, sino a tácticas tradicionales de cortejo como la poesía, la composición de amorosos versos como los de BEBE o la selección de las más bellas rosas bermejas y perfumadas. Así la amada reacciona a semejantes encantos «tocándose», de lo que podría interpretarse que la pasión desbordante en la musa la lleva irremediablemente a tocarse la bandurria. Pero esto sería una procacidad tan grande, que sería impensable que esta viniese de la elegante y decente pluma de nuestros poetas. Es, por tanto, necesario indagar más en ese verso para desentrañar su verdadero significado: el pronombre «te» ha de ser tomado como un complemento indirecto, lo que dejaría al verbo «tocar», transitivo, falto de un complemento directo que estaría elidido. Podría ser una bella canción, un lied, un alegre reel…¿Quién sabe? Dada la gran formación cultural que debe tener nuestra venus, cualquier pieza para piano de Bach o Chopin podría ser adecuada.

A continuación, con el apelativo cariñoso «bebé», el poeta insta a su Perséfone a «volverse loca», a no tener complejos de sus bizarras preferencias en música del nacionalismo decimonónico, que su amor es puro, sincero e incondicional: su amor «ES» pues cumple con la característica de inmutabilidad del ser parmenídeo.

Finalmente, introduce el eje sobre el que se va a construir toda la trama amorosa del poema. La muchacha se encuentra en una mala relación con un hombre que «no la controla». Esto nos recuerda a la tradicional historia de amor imposible: la amada se encuentra infeliz con su pareja legítima y descubre el verdadero amor de forma ilícita, con el poeta que sí que la trata bien. Esto nos recuerda claramente a la historia de Tristán e Isolda. Isolda, casada con el rey Marcos, que «no la controla», se enamora irremediablemente de su sobrino Tristán. El novio es ingenuo y no se da cuenta de su mujer se la está pegando con otro. Así se introduce un componente religioso: el novio, como el mítico rey, no es un buen cristiano, porque permite que su mujer, o su baby, ande con el propio poeta, luego la culpa de esta relación ilícita, según los poetas, no es de los amantes, sino del cornudo al no cumplir con su deber como cristiano.

ANUEL AA

«Mi diablita (4) a
Ella se pone pornográfica en la intimidad (baby)
(15) A
Y su marido no la valora y la deja sola
(15) B
Y yo siempre la estoy esperando con mi pistola
(15) B
Y conmigo ella siempre se moja»
(11) –

La métrica en esta composición va a ser algo bastante superfluo y la rima descuidada, pues la intensidad de la semántica en sí proyecta una sombra sobre todo lo demás. Prueba de ello es esta estrofa: los dos primeros versos riman de forma asonante y la diferencia de sílabas es enorme, para pasar a los dos siguientes pentadecasílabos que riman en consonante y un último verso suelto. Vamos, que les ha salido al tuntún, suelto, libre y puro.

Comienza la estrofa llamando «diablita» a su amada, mostrando una vez este componente cristano. A continuación, del segundo verso podría deducirse que, en las noches de pasión, nuestra Afrodita se hace la guarrindonga, pero esto presenta un problema: los poetas, temerosos de Dios, no consentirían hablar de relaciones extramatrimoniales en ningún contexto, pues es pecado: ¿cómo es posible que el poeta sepa que «se pone pornográfica en la intimidad»? Descartamos la hipótesis de que le tenga hackeada la webcam del portátil, pues su honor no lo permitiría. Debemos buscar un significado inocente, pero la palabra «pornográfica» no tiene cabida a otra interpretación. Lo cierto es que pretende defender la actuación cristiana de la musa, alegando que, siendo una mujer de mente equilibrada, es capaz de abordar estos tópicos de la conducta pecaminosa en la intimidad del hogar y en solitario, sin ningún componente masculino.

Más tarde afirma «estar esperándola con su pistola». El oído malpensado podría interpretar que el poeta siempre acude a sus encuentros con su miembro viril muy presente, pero esto hay que relacionarlo con el siguiente verso «y conmigo ella siempre se moja»: los amantes quedan para hacer una guerra de agua, toman Super Soakers , espadas (de corcho), mangueras, churros de piscina etc… todo para realizar un sano y húmedo ejercicio veraniego.

«Bebesita (uah)
Tu hombre te ama pero tú le ere’ infiel (bebé)
Porque tú ere’ una diabla dentro de una mujer (oh oh, oh oh)
Y cuando se esconde el sol tú quiere’ beber, hija ‘e Lucifer»

«Hijos míos, ha llegado la última hora. Ustedes oyeron decir que vendría un Anticristo; en realidad ya han aparecido muchos anticristos, y por eso sabemos que ha llegado la última hora.» 

(1 Juan 2, 18).

Prepárense, pues el anticristo ha llegado en la forma de nuestra cultísima musa, a la que su amado tilda de hija del propio Satán: la tentación personificada, y todo porque su inocente y noble corazón reside en las manos del poeta y quiere beber por la noche. Esto no hace sino destacar la pureza de la musa, pues ha sido presa de los caprichos de Cupido y le gusta consumir alcohol en las horas más oscuras, pues no es una alcohólica que se toma el primer carajillo a las 7 de la mañana. Además, todo esto está bien amparado por la ley de Dios, a menos que sea domingo. Pero es precisamente esta pureza la que hace enloquecer a los bardos, acostumbrados a Sodoma y Gomorra (bueno, a Sodoma parece que no), son incapaces de resistirse a los delicados encantos de esta Venus delicada e instruida, que destaca comparada con las arpías de los bajos fondos que pretenden frecuentar. Con «pretenden» quiero decir que un talento lírico de estas dimensiones no puede haberse cultivado desde lo más bajo, es necesario que, al menos en secreto, los artistas se hayan dedicado a la lectura de versos de la talla de Neruda, Lorca o Cernuda.

Cabe destacar también, que hasta ahora no se ha mencionado, el horror error ortográfico, del primer verso, pues lo correcto sería «bebecita», aunque en Hispanoamérica serían palabras homófonas. Esto tiene un significado inconfundible, es una llamada de atención para aquellos hispanohablantes que prefieren el doblaje de España al latino, pues mostrando esta particularidad dialectal, pretenden congraciarse con el oyente latinoamericano, fonéticamente superior.

Tampoco se ha mencionado el las armónicas onomatopeyas incrustadas en la dicción de esta composición como «uah» u «oh oh, oh oh», que pocos poetas saben introducir con tal destreza para acompañar a la profundidad de sus versos.

Desde Comentarios de Reggaeton sabemos que una composición tan intrincada y profunda no es un plato para tomar de una sola vez, así que concluiremos el análisis de BEBE en una futura segunda parte. Hasta entonces esperamos que tengan en mente esta obra de arte y reflexionen sobre su excelsa calidad artística.

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